MAD , noticias , politica Martes, 23 julio 2019

PRIMICIA: lee el adelanto exclusivo del nuevo libro de Marco Sifuentes «K.O. PPK»

K.O. PPK

Caída pública y vida secreta de Pedro Pablo Kuczynski

Imagen: Planeta

Imagen: Planeta

Hacia diciembre, Alberto Fujimori ya no le creía nada a PPK. Las dos frustraciones anteriores habían sido demasiado. “Estaba pesimista y reacio”, dice un visitante. “Sentía que lo estaban hueveando”, dice otro. El diálogo con el gobierno estaba roto. Kenji hizo espíritu de cuerpo con su padre y se negaba a contestar el teléfono. Para entonces, Rosa Bartra había presentado los documentos de Westfield.

—Lo peor que puede pasar es que no pase nada —le dijo a Kenji un asesor de su padre.

Contestó el teléfono.

* * *

El cuaderno de visitas del penal de Barbadillo deja entrever los días agitados de Alberto Fujimori durante las fechas en que se planteó la vacancia de PPK. El viernes 15 de diciembre, Kenji fue a visitarlo a las 10:13 de la mañana. A las 11:24 se fue rumbo al Congreso y tuvo la reunión con los ppkausas en la que les ofreció 25 congresistas. El domingo 17, a las 9:48 de la mañana, la Junta Médica Penitenciaria ingresó a Barbadillo. Los acompañaba Alejandro Aguinaga, médico personal y exministro de Fujimori, además de algunos de los empresarios incondicionales. Todos se fueron al mediodía.

En la tarde, como era habitual los domingos, llegó Keiko con su familia. Luego los alcanzó Sachie. Pero todos ya se habían ido cuando entró Luis Arturo Yara Chinen, mandamás de la Clínica Centenario, que se quedó una hora. Kenji apareció a las 8:30 de la noche. Juntos, padre e hijo vieron la desastrosa entrevista en vivo de PPK.

* * *

A la mañana siguiente, 18 de diciembre, Kenji acudió a la casa de Álvaro Bedoya Dubois, en San Isidro. Exitoso empresario, Bedoya fue compañero universitario de su padre en la Agraria. En los últimos años, había sido uno de los que se aparecía puntualmente en El Golf al mediodía para charlar con PPK en los camerinos o en el sauna.

En la casa de Bedoya, PPK esperaba a Kenji.

Hay casi tantas versiones sobre este encuentro como personas enteradas de su existencia. Casi todos coinciden en que Kenji se mostró cauto respecto de la vacancia. A estas alturas solo podía garantizar su voto y el de dos o tres más. Si tan solo sucediera algo que pueda aglutinar a los albertistas…

Muy pocas horas después, a las 2:51 de la tarde, ocurrió una reunión poco usual. Luis Champin, el marino retirado ahora convertido en director de Salud de Lima Este, se trasladó hasta el Ministerio de Justicia para conversar con Juan Falconí, viceministro del sector y presidente de la Comisión de Gracias Presidenciales. Mientras conversaban, la solicitud de indulto firmada por Fujimori llegó a la mesa de partes del Ministerio de Justicia.

Pero algo no estaba bien. El informe médico del domingo era insuficiente. Por eso, al día siguiente de la reunión PPK-Kenji, la Junta Médica regresó a Barbadillo, para elaborar un «acta ampliatoria». Así, lo que el 17 era una hipertensión arterial «controlada», el 19 se volvió «crónica
con crisis hipertensivas». Lo que era una simple fibrilación auricular el 17, ese día se le agregaron «crisis graves de respuesta ventricular alta». Lo que el domingo era una «neoplasia de lengua tipo carcinoma», el martes había evolucionado hasta ser un «cáncer epidermoide».

Ahora sí. Todo listo.

* * *

En la noche de ese martes 19, los congresistas de Fuerza Popular se reunieron en Las Casuarinas, en la casa de Elard Melgar, un próspero legislador cuya amplia residencia era ideal para los encuentros de la numerosa bancada.

—¡Fiel a ti, Keiko! —exclamaba Guillermo Bocángel—. ¡Fiel a ti!

Los más cercanos a Kenji fueron emplazados, uno por uno, a definirse de una vez. Todos juraron lealtad. Keiko explicó que estaba en marcha un plan del gobierno para meterla presa. Impresionada, Luz Salgado se llevó a un grupo frente al nacimiento de la casa, a rezar por el destino de su lideresa.

Veinticuatro horas después, el miércoles 20, Bocángel y tres fujimoristas más entraban al penal de Barbadillo junto al hijo del reo. Un par de ellos se habían convencido de asistir cuando vieron, en el celular de Kenji, el saludo grabado de PPK.

* * *

Alexei entreabrió la puerta para ver quién tocaba. Fue suficiente para que Luz Salgado irrumpiera en la oficina de Kenji.

—Kenji, ¿qué está pasando? —lo increpó—. El país se va a ir a la mierda.

Empezaba la noche del jueves 21, el día de la votación de la vacancia. Kenji había estado llevándose, uno por uno, a algunos congresistas a su oficina en el tercer piso del Palacio Legislativo. Salgado se enteró y subió acompañada de Aramayo, el pastor Gonzáles y
Milagros Salazar.

—Yo voy a hacer todo por mi papá —dijo Kenji.

Había estado conversando con Maritza García, otra de las que votaría junto a él. Ella estaba internada en un hospital cuando recibió órdenes de Fuerza Popular de aparecerse en el Congreso para votar a favor de la vacancia. No podía estar más harta.

—La resolución de tu hermana ya está lista —dijo Salgado—. ¿Quieres que se vaya presa?

Kenji le dijo que eso era falso. Salgado cambió de estrategia. Le dijo que habían hablado con Martín para que indultara a su papá. Pero Kenji había conversado con Vizcarra y el vicepresidente había sido muy claro: él no firmaría ese indulto. Convencida de que no llegaría a ningún lado con el hermano rebelde, Salgado se fue para avisarle a Keiko de lo que estaba pasando.

—Ya lo sé —respondió ella.

Aquí empezó una guerra de llamadas entre Keiko y su padre. El celular de Letona, por un bando, y el de Alexei, por el otro, se pasaban de mano en mano en pleno hemiciclo. Varios congresistas conversaron con ambos, que intentaban convencerlos de su posición. Para algunos, era la primera vez que sostenían un diálogo de tú a tú con un Fujimori que no fuera Kenji.

Esa mañana, por cierto, en el cuaderno de visitas de Barbadillo se registró el ingreso de un técnico de Movistar para «cambiar la alcancía» del teléfono público instalado en la celda de Fujimori.

* * *

Miki Torres interceptó a su amigo de más de tres décadas —del nido, de los once largos años en el Recoleta— en un pasillo detrás de las curules de su bancada. Señalándolo con el dedo, acusó:

—Por tu culpa tus sobrinas van a visitar a su mamá a la cárcel.

Kenji había encajado bien las recriminaciones de Becerril —ya no era novedad que se pusiera matón con él— y hasta la traición de Pariona —entrañable amigo que solo un día antes le había jurado lealtad—. Pero lo de Miki Torres sí lo golpeó. Necesitó un momento para recuperarse.

* * *

A las 11:14 de la noche, antes que nadie, Kenji supo que había ganado. Contó desde atrás, empezó con las ausencias o abstenciones del resto y, luego, en voz alta, los votos que él había conseguido.

Un minuto antes del anuncio oficial ya se estaba abrazando con Bienvenido Ramírez. Bajó al hemiciclo, la idea era que todos sus congresistas se reúnan con él allí, para las cámaras, pero solo tres más lo hicieron. El resto se paralizó de miedo al escuchar los insultos de quienes hasta ese día habían sido sus compañeros.

En su cuenta de Twitter, Kenji publicó el segmento final de El Rey León, cuando Simba finalmente asume el lugar de su padre, rugiendo. Por dentro, sin embargo, la sensación era agridulce.

Alberto Fujimori se sentía igual.

—Muchos me felicitan y creen que yo estoy feliz —le dijo el expresidente a un amigo— pero yo no me siento bien. Para que esto haya sucedido he tenido que romper a mi hija.

* * *

En la mañana del sábado 23, Alfredo Torres expuso ante PPK y sus ministros las razones por las que un indulto en navidad era buena idea.

A las 5:25 de la tarde de ese día, una doctora de la Clínica Centenario ingresó a Barbadillo. Exactamente a esa misma hora, en el Ministerio de Justicia, se inició una sesión de la Comisión de Gracias, demostrando una insólita dedicación laboral en pleno sábado antes de navidad.

A la doctora de la Clínica Centenario le bastó media hora de inspección para disponer, con unas indicaciones escritas en un hoja bond, el traslado del reo.

En cambio, la Comisión de Gracias sesionó casi ocho horas seguidas, hasta las 2 de la madrugada del 24 de diciembre. Ellos elaboraron el proyecto de Resolución Suprema de indulto y derecho de gracia. El documento solo tardó 125 minutos, de ese domingo de vísperas de navidad, en fluir hasta por tres áreas administrativas distintas hasta que, a las 14:15 horas llegó al despacho del ministro Enrique Mendoza.

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Nota de redacción: el nuevo libro de Marco Sifuentes, K.O. PPK, se presenta este sábado 27 de julio en la Feria del Libro.

Lugar: Sala Ciro Alegría.

Hora: 8:00 p.m.