MAD Lunes, 11 enero 2016

En 5 minutos, David Bowie explica las razones de su vigencia y genialidad (VIDEO)

Ch-ch-ch-ch-changes
Turn and face the strange

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A los 25 años, David Bowie era mucho más de lo que un rockstar de la época podía haber soñado. A estas alturas ya era conocido mundialmente por su primer hit, Space Oddity (en una época en la que una canción como ésa podía encabezar los ránking musicales). Un tiempo después había lanzado The Man Who Sold The World, un álbum que demostró, a todo nivel, lo que realmente era y podía ser.

Pero Bowie no quería fama, ni siquiera reconocimiento, quería ser él mismo. Y decidió que para ser quien quería ser, tenía que ser muchos más. Así, en julio de 1972, esgrimiendo esta guitarra azul, nos presentó a este señor:

El programa era Tops of the Pops, de la BBC, el más visto de Gran Bretaña. Para muchos de los desprevenidos televidentes regulares fue un puñetazo en la nuca. Pero había mucho más detrás de la androginia y el glamour de la performance. En esa presentación Bowie no era Bowie sino Ziggy Stardust, un mesías alienígena que viene a la Tierra para salvarla —a través, por supuesto, del rock— de su eventual destrucción en cinco años. Todo el álbum The Rise and Fall of Ziggy Stardust and the Spiders from Mars contaba esa historia. Y cada vez que Bowie se presentaba en escena no era él, sino Ziggy.

El personaje de Ziggy Stardust continuó un tiempo más y, tan rápido como llegó, se fue.
Después de eso, Bowie se encarnó y reencarnó en un puñado de alter egos y de distintas versiones de sí mismo, nunca estable, siempre cambiando, sin miedo al ridículo. Al final, lo único constante en su vida fue la reinvención, como ha destacado hasta el Primer Ministro del Reino Unido en su Twitter hace unas horas y como se evidencia en el que probablemente sea uno de los gifs más célebres de los últimos tiempos.

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Y aquí está lo que te prometía el título del post

Mientras buscaba canciones y más canciones de todas las etapas de Bowie para escribir un post que me sirviera de catársis por su muerte, me topé con una entrevista de 1988 en la que le preguntan por la fugacidad de Ziggy. Y lo que responde, creo, es algo que quizás resulta útil para los chicos de ahora que no tienen ni idea de quién es Bowie (no se arañen, queridos coetáneos, éste es el mundo que nos ha tocado).

Así que en vez de atosigarlos con oooootra selección personal de 15 canciones imprescindibles de Bowie (que, por un lado, hubiera terminado siendo muy corta y, por otro, seguro no se hubiera diferenciado de las mismas 15 canciones que todos van a postear en Facebook hoy durante todo el día), he preferido llamar la atención sobre este video. Son cinco minutos de sabiduría. Activa los subtítulos en español:

Cuando nuestra prensa no sabe decir otra cosa de Bowie más que «camaleónico«, me provoca mandarles este video. Bowie no era cambiaba por cambiar sino para sentirse más vivo, para alejarse del marasmo de la rutina, de la seducción del camino ya transitado. O sea, para seguir siendo él mismo.

Un ejemplo perfecto de esta convicción es, precisamente, su último disco, lanzado tres días antes de morir, a los 69 años, por culpa del cáncer (iba a poner «víctima del» pero Bowie nunca fue una víctima). Hoy nos hemos enterado que tenía años enfermo y, de pronto, todo ese disco cambia de sentido. En su último video clip aparece en una cama de hospital y, a la vez, escribiendo frenéticamente, mientras le canta a las heridas que nadie puede ver y, en las tomas finales, se desliza hacia la oscuridad, temblando, pero discretamente.

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Y lo último que le escuchamos cantar es:

This way or no way
You know, I’ll be free
Just like that bluebird
Now ain’t that just like me?

No importa si eres un millenial reguetonero que recién se está enterando de todo o el típico patín amargado que tiene que ventilar la frustración de su ignorancia quejándose de que «ahora todos son fans de Bowie», mira, si te vas a quedar con una lección hoy, dale play de nuevo el video de la entrevista. David Bowie es quizás uno de los artistas que más influyó en cómo hemos percibido nuestro mundo en los últimos 50 años.

giphy

Su influencia no se ha limitado a la música, sino que ha saltado a la literatura, los cómics, el cine, la televisión, el teatro, la comunidad gay, la modala ciencia ficción y hasta los viajes espaciales. ¿Y qué fue lo que hizo? Simple: no se quedó, nunca, en el mismo lugar. Antes de los 25 lo había conseguido todo pero quiso más, o, mejor dicho, sabía que ese todo no era lo que quería. Y a los 69, cuando estaba muriendo, decidió despedirse de nosotros de la mejor forma que podía: con su arte. Por eso, insisto, no importa si hoy es la primera vez que escuchas a Bowie. Nunca es demasiado tarde. Nunca es demasiado éxito. Nunca es demasiado. Sal de tu zona de confort. Enfréntate a lo desconocido. Regresa al primer video de este post, párate de tu silla y entérate: viviste al mismo tiempo que un mesías alenígena de pupilas bicolor que vino a salvarte con su música.

There’s a starman waiting in the sky
Hes told us not to blow it
Cause he knows it’s all worthwhile